Teñir con índigo, con granza, con alazor, con hierba pastel o con cochinilla, es teñir sobre seguro.
Son buenos tintes naturales conocidos desde antiguo, de uso perpetuado a través de tradiciones, libros, manuales, recetas, tutoriales de youtube y cursos variados.
Se suelen usar en los cursos de teñido de lana porque no hay riesgo de fracaso con ellos; pero no dejan resquicio ni a la novedad, ni a la aventura.
Al llegar la primavera nuestros campos, parques, jardines, calles y fruterías, se llenan de plantas, flores y frutos que merecen consideración y experimentación tintorera.
Hoy traemos un ejemplo de fruto tintóreo inédito: el níspero.

El níspero es el fruto de un árbol de la familia de las rosáceas: Eriobotrya japonica (Thunb.)Lindl.
Es pariente muy cercano de manzanas, peras y membrillos. A pesar de su apellido japonica, procede de China.
Tiene muchas y probadas virtudes culinarias y medicinales a las que hoy añadimos una más: la piel y el carozo del fruto tiñen la lana de un bonito color anaranjado.
La muestra que aparece en la imagen es una madejita de lana xisqueta de un cabo, mordentada con alumbre y con crémor y cocida durante varias horas con pieles y carozos de nísperos, usando una solución de bicarbonato sódico como entonador.
¡La imaginación tintorera al poder!
Por lo poco visto hasta el momento, me parece un trabajo excelente y vemos todo lo que nos puede dar la naturaleza si se la trata con respeto,cariño, ganas e ilusión.
Seguir asi…
Un abrazo desde Gijón. de quienes vosotros ya sabeis……
Muchas gracias Mercedes. Me alegro de que os guste el blog.
Un abrazo.